1 de septiembre de 2010

Greenpeace detiene la perforación de un pozo petrolífero en el Ártico


Con esta pacífica actividad, Greenpeace denuncia la "fiebre de petróleo" que se podría desatar en aguas profundas árticas. Activistas se colgaron de una palataforma petrolífera en Groenlandia para pedir una moratoria a la búsqueda de combustibles fósiles en la zona.

InternacionalCuatro activistas de Greenpeace a bordo del barco Esperanza lograron eludir un fuerte dispositivo de seguridad y acceder a una plataforma petrolífera de la compañía británica Cairn Energy en Groenlandia. Los voluntarios se descolgaron de la plataforma y ahora permanecen suspendidos a 15 metros sobre el mar, lo que obligó a paralizar las labores de perforación.

Los escaladores cuentan con carpas y alimentos suficientes para permanecer suspendidos durante varios días. Si logran detener las labores de perforación tan sólo durante un corto período de tiempo,la empresa petrolera tendría serias dificultades para completar la prospección antes de que comiencen las duras condiciones invernales que obligarían a parar las operaciones hasta el próximo año, lo que daría tiempo suficiente para intentar alcanzar una prohibición mundial de estas operaciones en aguas profundas.

Según manifestó uno de los activistas participantes en la acción, el estadounidense Sim McKenna, “es necesario mantener a las empresas energéticas fuera del Ártico y acabar con la adicción al petróleo, por eso vamos a frenar la actividad de esta plataforma de perforación durante el tiempo que podamos. El desastre de BP en el golfo de México demostró que hay que buscar alternativas al petróleo. Esta plataforma es la que puede desatar la fiebre del petróleo en el Ártico, lo que supone una gran amenaza para el clima y pone este frágil entorno en riesgo".


Entre los activistas argentinos que integran la tripulación del Esperanza se encuentran el capitán de la embarcación Waldemar Wichmann (piloto de ultramar de primera) e Ignacio María Soaje. Ellos emprendieron el Tour del Esperanza junto a un gran equipo de campaña que incluye a personas provenientes de todas partes del mundo: Panamá, India, Australia, Suecia, Alemania, Reino Unido, Países Bajos, Finlandia, Italia, Ucrania, las Islas Cook y las Bermudas.

El barco de Greenpeace se encuentra en la zona desde hace nueve días, siempre vigilado de cerca por un buque de guerra danés y una flota de barcos de la policía con equipos de operaciones especiales a bordo. A pesar de ello, no han podido impedir que los activistas accedieran al perímetro de 500 metros alrededor de la plataforma, lo que exige la paralización de las actividades según el protocolo de seguridad.

Es probable que la empresa se esté planteando desplazar las labores de prospección unos 100 kilómetros, ya que aún no ha encontrado petróleo en este punto, por lo que la acción de denuncia de Greenpeace podría lograr que este traslado se retrasase o incluso se cancele.

La semana pasada Cairn anunció que había encontrado gas a pocos kilómetros de esta plataforma, pero no petróleo. El frágil entorno al oeste de la isla Disko se conoce como el “callejón de los icebergs”, debido a su abundancia en la zona y a las condiciones ambientales extremas. Esto había disuadido a las compañías petroleras de operar en la zona hasta el momento. Sin embargo, las grandes petroleras vienen observando con atención las actividades de Cairn. Si esta empresa, con sede en Edimburgo encuentra petróleo, los analistas esperan que se produzca una nueva “fiebre del petróleo” en el Ártico. Gigantes como Exxon y Chevron, entre otros, ya comparon licencias de perforación en la zona y realizan los preparativos necesarios para operar.

Jon Burgwald, un activista de Greenpeace a bordo del Esperanza, situado a un kilómetro de la plataforma,declaró: “En lugar de dejar que las compañías petroleras perforen en busca de la última gota de petróleo en lugares vírgenes como el Ártico,nuestros gobiernos deben impulsar el desarrollo de fuentes de energía renovables necesarias para combatir el cambio climático y reducir nuestra dependencia de combustibles sucios”.

Notas:


1. El Gobierno de EEUU calcula que la probabilidad de que se produzca un derrame grave durante el tiempo de vida de un bloque de concesiones petroleras en sus aguas del Ártico es superior al 20 por ciento. Las probabilidades aumentan con cada licencia adicional concedida. Si Cairn encuentra petróleo en aguas de Groenlandia, el número de pozos crecerá dramáticamente. El pozo que está perforando Cairn está a una profundidad de entre 300 y 500 metros, aunque la moratoria introducida por Obama, tras la catástrofe en la plataforma Deepwater Horizon, se aplica a los pozos a mayor profundidad de 152 metros. Cairn se ha negado a publicar un plan de emergencia en caso de vertido y cuenta con apenas 14 embarcaciones con capacidad de reacción ante un derrame (el vertido de BP en el golfo de México requirió más de 3000 barcos).

2. La perforación al oeste de Groenlandia se limita a una “ventana de verano" entre julio y principios de octubre. Después de esta fecha, el hielo impide operar a los buques y no se podrían perforar los pozos de alivio en caso de emergencia. Esta zona se conoce como "callejón del iceberg". Cairn tiene que remolcar continuamente icebergs fuera de su trayectoria para evitar que estos colisionen con el equipo de perforación o utilizar cañones de agua para desviarlos. Si los icebergs son demasiado grandes, la compañía se ha comprometido a trasladar la plataforma para evitar una colisión. El mes pasado, una isla de hielo de 260 kilómetros cuadrados se desprendió del glaciar Petermann, al norte de la isla de Disko y probablemente se dirigirá hacia la zona de perforación.

3. La Bahía de Baffin es el hogar de entre el 80 y el 90 por ciento de los narvales del mundo. La región es también el hábitat de ballenas azules, osos polares, focas, tiburones, cormoranes, aves marinas y numerosas aves migratorias.

4. El proyecto de Cairn en Groenlandia representa un nuevo enfoque de la exploración petrolera moderna. Las empresas asumen enormes riesgos financieros y técnicos, con el objetivo de encontrar una bolsa de petróleo aún no descubierta. La ausencia total de infraestructuras internas de la empresa y de un plan de respuesta a vertidos plantea serios interrogantes sobre la capacidad de Cairn para hacer frente a un accidente en uno de los ambientes más hostiles de la tierra.

5. Cairn está dirigido por Sir Bill Gammell, un amigo de la infancia de Tony Blair y de George W. Bush. Según Gammell, la empresa busca una “gran superficie” para tener una amplia zona de exploración, en contraste con las parcelas más pequeñas que se encuentran, por ejemplo, el Mar del Norte. Los peligros de estas operaciones se manifiestan más claramente en caso de un derrame, donde la ubicación remota de la explotación implica que no exista suficiente infraestructura para llevar a cabo las labores de limpieza con la rapidez necesaria.

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