30 de julio de 2010

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28 de julio de 2010

Exportar y reciclar las 10 toneladas de pilas acopiadas por la Ciudad es más económico que enterrarlas en el país

Greenpeace impulsa el principio que responsabiliza legal y financieramente a los fabricantes e importadores una vez finalizada la vida útil de pilas y baterías.


BUENOS AIRES, Argentina Greenpeace denunció hoy que las 10 toneladas de pilas y baterías recolectadas por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires son de marcas reconocidas y que exportarlas para su correcto tratamiento y reciclado en Europa o Canadá, como estas empresas hacen en otros países, es más económico que enterrarlas en el país en rellenos de seguridad.

Según datos del Gobierno de la Ciudad, la empresa Befesa S.A. (compañía especializada en la gestión integral de residuos peligrosos) presentó un presupuesto en el cual consigna que el costo para el tratamiento de las 10 toneladas de pilas y baterías mediante la disposición final en rellenos de seguridad rondaría los 72.600 pesos. Mientras tanto, y de acuerdo a un presupuesto solicitado por Greenpeace a la empresa Silkers SA,el costo de exportar esas mismas 10 toneladas de residuos de pilas para ser recicladas y lograr recuperar materiales valiosos y evitar el impacto ambiental de su disposición en rellenos, alcanza los 64.935 pesos.

La organización ambientalista exige que las empresas importadoras se hagan cargo legal y financieramente de las pilas y baterías que recolectó el Gobierno de la Ciudad; esto significa que se hagan responsables de la exportación para su posterior reciclado, ya que, en consonancia con la legislación internacional, son las empresas productoras, importadoras o comercializadoras las responsables por la gestión de los residuos de sus propios productos.

“Con un simple vistazo a las toneladas de pilas y baterías acopiadas por la Ciudad se pueden reconocer muchas de las marcas conocidas, Eveready, Duracell, Rayovak, Kodak, Energizer, entre otras. Todas estas compañías hoy se desentienden del destino de los residuos de los productos que colocan en el mercado”, señaló Yanina Rullo, integrante de la campaña de contra la Contaminación de Greenpeace.

Greenpeace resaltó que existen normas en diferentes países del mundo que obligan a las empresas a hacerse cargo del costo de la recolección y tratamiento de esta clase de residuos, como es el caso de la legislación de la Unión Europea, Estados Unidos, Canadá y en el caso de América Latina, la reciente Resolución 1297 del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial de Colombia que establece la Responsabilidad Extendida del Productor para la gestión de este tipo de residuos.

En otros países, como los que integran la Unión Europea, Canadá o Colombia, estas mismas compañías se hacen cargo de la correcta gestión de sus residuos; sin embargo en Argentina esta responsabilidad está ausente”, señaló María Eugenia Testa, directora Política de Greenpeace.

“La disposición en rellenos de seguridad es el método más difundido en Argentina para los residuos peligrosos, pero al igual que otras técnicas como la vitrificación o la cementización, no sólo son peligrosos sino que además se trata de métodos de aislamiento en celdas de materiales tóxicos que no pierden su condición y se convierten en pasivo ambiental”, declaró Rullo y agregó: “Lo más grave es que, más allá de la disposición en los rellenos de seguridad, en nuestro país enterramos la mayor cantidad de estos residuos a rellenos sanitarios comunes o basurales, lo que genera impactos mayores en el ambiente y la salud de las personas”.

Según el Centro Coordinador del Convenio de Basilea para América Latina y el Caribe, en los países de la región, como Argentina, se consumen 10 pilas por habitante por año, lo que significa más de 400 millones de pilas consumidas anualmente (1). Sólo cruzando esta cifra con el precio promedio de las pilas comunes más usadas -AAA y AA (2)-, considerando un valor promedio de 3 pesos por unidad (3), el volumen de ingresos del sector que comercializa pilas y baterías llega a superar ampliamente los mil doscientos millones de pesos al año ($1.200.000.000). “Si se tiene en cuenta que las empresas obtienen grandes ganancias por colocar en el mercado productos tóxicos y difíciles de reciclar, resulta increíble que hoy se nieguen a hacerse cargo de los residuos de pilas y baterías”, sentenció Rullo.

El reciclado resulta hoy el método de tratamiento más adecuado: tanto las pilas primarias (no recargables o desechables) y secundarias (recargables) o baterías pueden ser recicladas y los materiales que las componen recuperados. La asociación de compañías que producen y comercializan pilas y baterías en Europa -European Portable Battery Association (EPBA)- considera al reciclado como el único método de tratamiento apto para este tipo de residuos frente a cualquier otro tipo de alternativa.

Greenpeace impulsa que el principio que establece la Responsabilidad Extendida del Productor alcance el estatus de ley nacional de gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos para que la población a través de sus impuestos, y los gobiernos locales dejen de ser los responsables de administrar la contaminación de los dispositivos eléctricos y electrónicos. Asimismo, reclama que las empresas no obstaculicen el tratamiento de la ley de residuos electrónicos que se encuentra en el Senado de la Nación, que determina la responsabilidad legal y financiera de las empresas de aparatos eléctricos y electrónicos -incluidas pilas y baterías- sobre los residuos de los productos que colocan en el mercado.

“Las pilas y baterías, junto con el resto de los aparatos eléctricos y electrónicos, se encuentran hoy en una zona gris con respecto a la legislación vigente en materia de residuos. Por un lado corresponden a los residuos domiciliarios porque surgen del flujo habitual de los residuos domésticos, pero por el otro cumplen con los criterios de residuos peligrosos, por sus componentes”, señaló Testa. “Es necesario que, para este tipo de residuos, se establezca el principio de Responsabilidad Extendida del Productor, que amplía la responsabilidad legal y financiera de los fabricantes e importadores una vez finalizada la vida útil de estos artefactos”, concluyó.

Notas:

(1) Guía para la Gestión Integral de Residuos Peligrosos. Fichas Técnicas Tomo II. Centro Coordinador del Convenio de Basilea para América Latina y el Caribe. Montevideo, Uruguay.

(2) El dato incluido surge del “Estudio para la Identificación y Análisis de Pilas y Baterías”, realizado por el Instituto de Ingeniería Sanitaria de la Universidad de Buenos Aires, en virtud del Programa de Recolección de Pilas y Baterías desarrollado por la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que arrojó que el 69% de las pilas recolectadas pertenecían al tipo AAA y AA.

(3) El precio de las pilas primarias y botón oscila entre 1.50 y 12 pesos según el tipo y marca.


27 de julio de 2010

Activistas de Greenpeace bloquean 46 estaciones de servicio de BP en Londres

Greenpeace espera que el nuevo Director de BP cambie la actitud de su predecesor y diriga la empresa hacia la promoción de energías limpias.


LONDRES, Reino unido — Esta mañana activistas de Greenpeace bloquearon todas las estaciones de servicio de la petrolera en Londres, colocando en ellas un cartel con la leyenda: "Cerrado. Avanzando a un futuro sin petróleo".

La acción de Greenpeace se desarrolló en el contexto del nombramiento de Bob Dudley como el nuevo Director General empresa British Petroleum (BP). Dudley se desempeñaba anteriormente como vicepresidente de la división de energías alternativas y renovables. Al mismo tiempo, el Consejo Directivo de BP anunció registros record en pérdidas después de destinar alrededor de $ 30 millones de dólares para pagar por la operación masiva de limpieza y por gastos legales a partir del gran derrame en el Golfo de México (1).

"El nuevo jefe de BP, Bob Dudley, debe cancelar los planes actuales de la compañía para extraer petróleo, de manera riesgosa, en pozos en aguas profundas de Libia y del Ártico, donde un derrame podría tener consecuencias aún más devastadoras que en el Golfo, así como de las arenas bituminosas de Canadá", advirtió Kumi Naidoo, Director Ejecutivo de Greenpeace Internacional. (2)

"Un cambio en el liderazgo es una oportunidad clave para que BP reduzca sus pérdidas en más de un sentido, dando la espalda a fuentes de energía costosas y ambientalmente irresponsables -como la perforación en aguas profundas y arenas de alquitrán canadienses- y avanzando hacia una revolución energética basada en fuentes de energía limpias", dijo Naidoo.

Los activistas de Greenpeace lograron bloquear casi cincuenta estaciones de servicio de BP utilizando un interruptor para detener el flujo de combustible en cada lugar. Los mismos fueron, luego, retirados de forma segura para evitar la reapertura de las estaciones.

En una de ellas (3), algunos escaladores de Greenpeacesustituyeron el ahora infame logo “verde” de BP por una nueva imagen que refleja mejor lo que la compañía representa hoy en la mente del público: una imagen del girasol de BP despareciendo en un mar de petróleo".

"Llegó el momento indicado para que BP vaya más allá del petróleo. Bajo la dirección de Tony Hayward la empresa retrocedió, exprimiendo las últimas gotas de petróleo de lugares como el Golfo de México, las arenas bituminosas de Canadá y hasta el frágil desierto del Ártico.”

"Ahora cerramos todos las estaciones de servicio de BP en Londres para darle al nuevo jefe la oportunidad de presentar un mejor plan para la empresa. Están desesperados porque nosotros creamos que ello van "más allá del petróleo". Bueno, ahora es el momento de demostrarlo”, declaró John Sauven, Director Ejecutivo de Greenpeace en el Reino Unido.

Los analistas del sector coinciden en que Bob Dudley será objeto de una intensa presión para delinear una nueva estrategia para revivir las fortunas de la compañía, dado que el precio de sus acciones es ahora un 40% más bajo que antes del derrame.

Para Greenpeace, el desastre en las aguas profundas es una señal para realizar una llamada a los poderes públicos del mundo pidiendo:

• Una prohibición inmediata de nuevas perforaciones en aguas profundas y de toda exploración de fuentes no convencionales de petróleo de alto riesgo (incluso en el Ártico y en la arenas de alquitrán canadienses)

•Que finalicen los subsidios a los combustibles fósiles y se aumente el apoyo al desarrollo de energía limpias

• Políticas y leyes fuertes para limitar el cambio climático y estimular la revolución energética.


Notas:

(1) Una presentación de la empresa realizada por Tony Hayward en marzo muestra que, en el curso del año 2010, BP planeaba invertir 19 billones de dólares en la industria del gas y el petróleo, mientras que la inversión en energías alternativas se estimaba en 1 billón de dólares. Verhttp://www.bp.com/liveassets/bp_internet/globalbp/STAGING/global_assets/downloads/I/IC_bp_strategy_presentation_march_2010_slides.pdf
P. 67

(2) Extraer petróleo de arenas bituminosas es tres veces más perjudicial para el clima que la extracción de petróleo regular. “Comprendiendo las emisiones de gases de efecto invernadero a partir de la actividad de la industria petrolera en las arenas de Canada”, Environmental Research Letters 1 Notas 1 (2009),
Alex D. Charpentier,
Joule A. Bergerson y Heather L. MacLean.


(3) La estación de servicio está situada en Camden, al norte de Londres. El logo utilizado para reemplazar al original fue diseñado como parte de un concurso de Greenpeace Reino Unido, que recibió más de 2.500 diseños en seis semanas. Para más información ver
www.greenpeace.org.uk/pb

Greenpeace: “La gasificación de residuos urbanos es una tecnología riesgosa y poco probada”

Para Greenpeace, la solución adecuada es la formulación de políticas y la implementación de programas que apuntan a lograr la reducción y el reciclado de residuos.

BUENOS AIRES, Argentina Ante las propuestas de tratamiento de residuos que se evalúan en diferentes localidades de la provincia y al viaje del intendente de la ciudad de Córdoba, Daniel Giacomino, a los Estados Unidos para visitar plantas de incineración, Greenpeace declaró hoy que las tecnologías que se están considerando no han sido suficientemente probadas en el mundo y, en muchos casos, han generado riesgos para la salud y el medio ambiente.

La organización ambientalista manifestó su preocupación por la instalación de plantas de gasificación o pirólisis para el tratamiento de residuos en la ciudad de Córdoba, ya que existen pocas experiencias a nivel global y muchas de ellas han fracasado en sus promesas de brindar una solución sustentable para los residuos sólidos urbanos.

“Nos preocupa que el intendente de la ciudad de Córdoba haya viajado a Estados Unidos para confirmar que su plan para gestionar residuos urbanos es la incineración. Se está proponiendo a la sociedad cordobesa una tecnología que no ha sido probada parar tratar la cantidad de residuos domiciliarios que genera por día la capital cordobesa. En Estados Unidos no hay plantas de gasificación, pirólisis o plasma que traten residuos domiciliarios a esa escala”, señaló Lorena Pujó, integrante de la campaña contra la Contaminación de Greenpeace.

La instalación de plantas similares a la que se prevé para Córdoba fue rechazada en países como Estados Unidos, Canadá y Alemania por falta de evidencias que demuestren las ventajas de estos sistemas. Además, como ejemplos recientes, en los últimos meses dejaron de funcionar plantas pilotos en Canadá y el Reino Unido, ya que se comprobó que estaban emitiendo sustancias tóxicas como dioxinas y furanos que afectan a la salud.

“En distintos países existen varios proyectos en estudio, plantas piloto y una intensa campaña por parte de empresas del sector a favor de este tipo de instalaciones, pero la mayor parte de los datos disponibles sobre las ventajas ha sido muy difícil de comprobar”, explicó Pujó. “La mayoría de las plantas de incineración con recuperación de energía, por ejemplo, en Europa, son convencionales, con los perjuicios al ambiente y la salud conocidos”, agregó.

Entre las supuestas ventajas de este tipo de tratamiento, se encontrarían la reducción de las emisiones de sustancias tóxicas, el aumento de la eficiencia energética que contribuye a reducir los gases de efecto invernadero, la reducción de costos, los índices de reciclado más altos y el impacto visual reducido. “Hasta el momento, nada de esto ha sido comprobado en la realidad, más allá de las promociones de las empresas”, aclaró Pujó.

En la actualidad pocas plantas operan comercialmente con residuos urbanos a gran escala, tal como se planea realizar en la capital cordobesa. En Japón se tratan poco más de 100 toneladas por día y en algunas plantas de Europa o Estados Unidos tratan, con tecnologías de pirólisis o gasificación, otro tipo de residuos o insumos como desechos forestales, petróleo o carbón. No hay plantas operando comercialmente con residuos sólidos urbanos (RSU) en Estados Unidos. (1)

Muchas de estas plantas que trataban RSU no lograron superar la etapa de prueba o planta piloto debido a numerosos problemas operativos como explosiones, interrupciones de los sistemas; filtración de gases, corrosión y agrietamientos. A esto se sumó que las emisiones de sustancias tóxicas estaban por encima de los compromisos de las empresas o de los niveles permitidos por la legislación; la eficiencia energética era baja, los costos eran altos y había un fuerte rechazo por parte de las comunidades.

En Argentina, diversos proyectos de incineración fueron frenados debido a que los estudios confirmaron que este proceso emite sustancias tóxicas persistentes al ambiente que afectan la salud; tiene baja eficiencia en términos de recuperación de energía, libera Gases de Efecto Invernadero (GEI) y compite con los programas de reciclaje y de reducción en la generación de desechos.

“La gestión de los residuos municipales debe pensarse en el mediano y largo plazo, adoptando modelos que no afecten el ambiente y la salud de la población. La incineración convencional o por etapas no es la solución a las necesidades energéticas ni a los problemas actuales de gestión de residuos, ya sean basurales a cielo abierto o rellenos sanitarios”, concluyó Pujó.

Para Greenpeace, la solución adecuada en términos sociales, ambientales y económicos, es la formulación de políticas y la implementación de programas de Basura Cero, que apuntan a lograr la reducción y el reciclado de residuos. A esto se debe sumar la sanción de leyes que contemplen el principio de Responsabilidad Extendida del Productor (REP) que determina la responsabilidad de los fabricantes e importadores de diversos productos en todas las etapas de producción hasta el final de su vida útil e impulsa el ecodiseño y el reciclado.


Nota:


(1) Existen diferentes tipos de plantas de gasificación, en todos los casos, el producto final es un gas de síntesis que variará su composición según el insumo que ingrese en el proceso. Algunas plantas tratan carbón o residuos del petróleo. Definitivamente, la energía que se obtiene de estos insumos no puede llamarse ni renovable ni limpia, ya que proviene de hidrocarburos. También hay plantas que gasifican residuos agroforestales, hecho que plantearía expectativas interesantes. Por último, existen muy pocas plantas que realizan la gasificación del material heterogéneo que componen los RSU. En este último caso hay más incógnitas que certezas en cuanto a su viabilidad técnica y ambiental.


Unite a Greenpeace

Ley de Glaciares: el paso que todos esperábamos

Greenpeace celebra el avance en Cámara de Diputados para la protección de los glaciares y del ambiente periglacial.

BUENOS AIRES, Argentina — Greenpeace considera un enorme paso adelante el acuerdo alcanzado para aprobar un texto de consenso y síntesis que supera muchas de las falencias que debían ser mejoradas en los dos textos hasta ahora en debate, para que Argentina tenga definitivamente una ley que permita monitorear el estado de situación de los glaciares en el territorio nacional así como establecer un régimen de protección de estos sensibles y vitales cuerpos de agua dulce.

El texto, que aún debe completar su aprobación en particular (artículo por artículo) en el recinto de la Cámara de Diputados, es un avance en el debate que se inició cuando el proyecto original fuera vetado por la Presidencia de la Nación. Hoy tenemos un texto mejor y una apreciación social mayor del valor del régimen de protección que necesitamos para monitorear y preservar las áreas glaciares y periglaciares.

Existen todavía algunas mejoras que pueden introducirse en la continuidad de su tratamiento en el recinto de la Cámara de Diputados. Dichas mejoras permitirían lograr un régimen de protección de los glaciares más sólido e introducir algunas previsiones respecto de las autorizaciones de nuevos emprendimientos en áreas sensibles hasta tanto estén finalizados los inventarios de glaciares de cada jurisdicción provincial. Esperamos la urgente finalización de la aprobación total de la Ley de Presupuestos Mínimos para la Protección de los Glaciares y del Ambiente Periglacial.

  • Para leer el documento completo "Glaciares/Minería" hacé click aquí.

  • Para leer la propuesta de corrección a las “disposiciones transitorias” para los proyectos de ley sobre “Ley de presupuestos mínimos para la protección de los glaciares y del ambiente periglacial” hacé click aquí.

Greenpeace despide a Dorothy Stowe, co-fundadora de la organización y defensora de la justicia social



Internacional
— La co-fundadora de Greenpeace, Dorothy Stowe, falleció el 23 de julio de 2010 a las 3 de la mañana en Vancouver, Canadá, a la edad de 89 años.

Dorothy Anne Rabinowitz nació en Providence, Rhode Island, el 22 de diciembre de 1920. Hija de inmigrantes judíos procedentes de Rusia y Galicia, ella describió a su padre Jacob como "idealista y político. Él se preocupaba por la justicia no sólo para el pueblo judío, sino para todos". La madre de Dorothy, Rebecca Miller, enseñaba hebreo e inspiró a Dorothy a seguir una educación universitaria.

Dorothy asistió a la Universidad de Pembroke en los EE.UU, se graduó en Literatura y Filosofía, se convirtió en una trabajadora social especializada en psiquiatría y se desempeñó como la primera presidenta de su sindicato local de empleados civiles. Durante la represiva era McCarthy, cuando amenazó con realizar una huelga, el gobernador del estado la llamó, erróneamente, "comunista" pero ella se mantuvo firme y ganó un aumento de sueldo para su gremio.

En 1953 Dorothy se casó con Irving Strasmich, abogado de derechos civiles. Celebraron su boda en la cena de la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP), la organización que inició el movimiento por los derechos civiles en EE.UU.

La pareja cambió su apellido original por el de Stowe, en honor a Harriet Beecher Stowe -pionera feminista y abolicionista- quien ayudó conseguir el fin de la esclavitud en los EE.UU. Los Stowe tuvieron dos hijos, Robert, nacido en 1955 y Bárbara, nacida en 1956. Ambos ahora viven en Vancouver.

En la década de 1950, Dorothy e Irving Stowe comenzaron a hacer campaña contra las armas nucleares adoptando las ideas cuáqueras de "dar testimonio" frente a las malas prácticas y "decir la verdad al poder". Los barcos cuáqueros “Golden Rule” y “Phoenix” en 1958 influyeron la decisión de los Stowe, doce años después, de navegar hacia la isla de Amchitka, zona de prueba nuclear en Alaska, realizando la primer campaña de Greenpeace.

En 1961, para evitar el apoyar a la guerra de Vietnam con sus impuestos, Dorothy e Irving emigraron a Nueva Zelanda, donde lideraron manifestaciones frente a la embajada de EE.UU. y protestaron contra las pruebas de armas nucleares francesas en la Polinesia. Sin embargo, cuando Nueva Zelanda envió tropas a Vietnam en 1965, los Stowe trasladaron a su familia a Canadá.

En Vancouver, Dorothy trabajó como terapeuta familiar, apoyando el activismo pacífico a tiempo completo de Irving. Luego, la pareja conoció a los periodistas Bob Hunter y Ben y Dorothy Metcalfe, quienes los ayudaron a promover sus campañas. En una manifestación por la paz, se reunieron con los compañeros cuáqueros Jim y Marie Bohlen y la esposa inglesa de Hunter, Zoe. Este grupo formó el núcleo de una organización a favor de la paz y la ecología que estremecería al mundo con protestas dramáticas.

Cuando, en 1968, EE.UU. anunció una serie de ensayos nucleares en Alaska, los Stowe formaron "Don't Make a Wave Committee", un nombre inspirado en el miedo a que se produjera un tsunami causado por las explosiones. Dorothy Stowe agrupó a trabajadores sociales y a grupos de mujeres para organizar un boicot a productos norteamericanos hasta que las pruebas nucleares fueran canceladas. Cuando Jim y Marie Bohlen sugirieron navegar con un barco en la zona de los testeos, Dorothy e Irving aceptaron la propuesta.

Se alquiló el barco “Phyllis Cormack”, luego re-bautizado con el nombre "Greenpeace" para enfatizar la fusión entre la paz y la ecología. Éste zarpó en septiembre de 1971 pero fue detenido por la Guardia Costera de los EE.UU. y nunca llegó a la isla. Sin embargo, el viaje había creado un alzamiento público y, en febrero de 1972, Estados Unidos anunció el fin de los ensayos nucleares.

En mayo de 1972, el grupo cambió su nombre por el de "Greenpeace". Actualmente, la organización tiene oficinas en más de cuarenta países -entre ellos China y la India- y, recientemente, en África. "Es sorprendente", recuerda Dorothy, "lo que pueden lograr algunas personas sentadas en torno a una mesa de una cocina".

Durante los años siguientes, Dorothy recibió a cientos de jóvenes activistas que iniciaron peregrinaciones hacia su casa en busca de inspiración. Cuando la banda U2 visitó Vancouver en 2005, el cantante Bono insistió especialmente en conocer a Dorothy Stowe. Dorothy nunca descansaba en los éxitos del pasado, ni dejó de trabajar para el cambio social. Su dedicación de toda la vida ha inspirado a activistas de todo el mundo.

Un mes antes de fallecer, Dorothy organizó un almuerzo para Kumi Naidoo, el Nuevo Director Ejecutivo de Greenpeace Internacional. Después del evento, Kumi declaró que la reunión fue uno de los momentos más inspiradores de su vida, atestiguando el optimismo y el entusiasmo de una mujer que había dedicado su vida entera a hacer del mundo un lugar mejor para los demás.

El homenaje más adecuado para Dorothy Stowe es que todos nos levantemos cada mañana y vayamos a trabajar en servicio de la paz, la justicia y la tierra.

Unite a Greenpeace y apoyá económicamente sus campañas

Unite hoy a Greenpeace para proteger y defender activamente el medio ambiente de los atentados y crímenes que se cometen en todo el mundo contra la Naturaleza.

Sumate como socio y sé parte de los más de 2,8 millones de personas que, en todo el mundo comparten con vos su pasión por la protección de nuestro planeta.

Greenpeace es una organización independiente política y económicamente. Por esto Greenpeace no acepta dinero de empresas, gobiernos o partidos políticos. Sólo cuenta con el apoyo de personas como vos. ¡Sumate!


https://unite.greenpeace.org.ar/?referrer=webmenu

Exigile a Duracell que se haga cargo de sus pilas usadas



Los activistas de Greenpeace están reclamando en la sede de Duracell que la empresa
se haga cargo de las pilas usadas que ella misma produce y de la gestión de las 10 toneladas de pilas y baterías recolectadas por la Ciudad de Buenos Aires. Sumate vos también a este reclamo y participá junto a nosotros de una típica acción de Greenpeace.


LLamá ahora a Fernando del Carril -Gerente General de Procter & Gamble, importadora de Duracell en Argentina- al (011)4721-8500 y decile respetuosamente que:

“Se haga cargo de los residuos que las pilas Duracell generan y de las 10 toneladas que hay recolectadas en la Ciudad de Buenos Aires. Como argentino/a exijo que la empresa gestione sus propios residuos, tal cómo lo hace en otras partes del mundo”.

Si no te atiende personalmente dejá tu mensaje a quién atienda tu llamado. Luego, hace click en el siguiente enlace y comentanos qué te respondieron http://www.greenpeace.org.ar/blog/llama-a-duracell-y-exigile-que-se-haga-cargo-de-las-pilas-usadas/878/.
Es muy importante que el reclamo a Duracell sea sostenido en el tiempo. Procurá hacer tu llamado entre las 9 am y 18 pm de lunes a viernes.

Gracias, sos uno de los más de 85 mil argentinos que durante las últimas 2 semanas está reclamando una solución definitiva al problema de las pilas a través de la web. Ahora, hacelo por teléfono. Tu participación es fundamental.

Vos podés solucionar el problema de las pilas. Llamá ahora a Duracell.